Incidencias: unos 2.000 espectadores en el Estadio Municipal de la Línea, de césped artificial, en una tarde soleada y con viento en el Estrecho de Gibraltar.
Árbitro: Munuera Montero, del comité andaluz. Amonestó a los locales Romerito, Carlos Guerra, Alberto Merino y Copi; y a los visitantes Raúl Albentosa, Lobato, Carles Marc y Sergio Sánchez.
Alineación:
Balona : Pagola, Francis, Antonio Merino, Romerito, Carlos Guerra, Alberto Merino, Ismael ‘Chico’, Javi Gallardo, Ortiz (Ezequiel, 78’), Copi (Domingo, 68’) y Bello, (José Luis, 83’).
Balona : Pagola, Francis, Antonio Merino, Romerito, Carlos Guerra, Alberto Merino, Ismael ‘Chico’, Javi Gallardo, Ortiz (Ezequiel, 78’), Copi (Domingo, 68’) y Bello, (José Luis, 83’).
San Roque CF : José Ramón, Lobato, Raúl Albentosa, Rojas, Sergio Sánchez, Carles Marc, Adrián, Melchor, Álvaro (Sebas 73’), Morant (Chapi 66’) y Óscar (Carlos 66’).
CRÓNICA.
Todo iba más o menos bien, controlado, dentro de los parámetros establecidos y preparados a lo largo de una semana de entrenamientos, hasta que llegó Munuera Montero y se sacó de la manga un penalti inexistente que ni el más acérrimo de los aficionados locales vio, y de ahí la celebración de la grada ante este regalo de tamaña magnitud, casi del mismo volumen que el Peñón de Gibraltar, el marco de fondo del Estadio Municipal de La Línea. El resto, queramos o no, es paja discursiva, relleno sin sentido por culpa del capricho del que, curiosamente, manda o debería mandar sobre el terreno de juego.
Pero mandó y lo hizo mal, tanto que terminó inclinando la balanza del marcador a favor del equipo local al término de un choque que, a pesar de las ocasiones, parecía condenado a terminar con empate a 0, puesto que a ambos equipos les faltó algo de chispa arriba para convertir sus respectivas ocasiones, que las hubo y bien repartidas. El primero en gozar de ellas, es verdad, fue la Balona; de hecho, los 3 primeros acercamientos al portal contrario y en el primer cuarto de hora, fueron para los albinegros, especialmente bueno el primero de ellos a los 4 minutos, cuando Chico rompió el fuera de juego para plantarse ante José Ramón, que le cerró todos los caminos posibles.
Después de esas ocasiones, del empuje de los locales en el arranque, el encuentro se estabilizó en cuanto a ocasiones, si bien la iniciativa del juego la llevaban precisamente los pupilos de Rafael Escobar. Sin embargo, el siguiente en asustar, y mucho, fue el equipo aurinegro, hoy de naranja: tirazo de Adrián desde 25 metros que no se coló en la meta de Pagola de puro milagro. Todo el mundo la vio dentro. La pelota, caprichosa, no quiso entrar. Esto dio paso a los mejor minutos del San Roque de Lepe en el encuentro, en los que consiguió dominar, crear oportunidades, jugar mejor, aunque sin premio. Así, Raúl Albentosa, que había subido al remate de una falta lateral, se desenvolvía de espaldas a la portería como un auténtico delantero centro, tumbando con regate y mirada a dos contendientes, si bien su disparo fuerte acabó siendo demasiado centrado, dando la oportunidad a Pagola de quitársela de encima. Si la bola llega a ir en cualquier otra dirección, el central lepero habría marcado el gol de la temporada.
Antes, Romerito había estrellado un remate de cabeza a la salida de un córner en el larguero de José Ramón; la pelota, rechazada, la condujo con maestría y velocidad Álvaro González a la contra, ganando por piernas y calidad a la defensa local, y sólo la intervención del portero del conjunto balono impidió el gol del onubense. Unos minutos más tarde, Álvaro y Pagola tuvieron su duelo particular, del que salió victorioso el portero local a pesar de la más que meritoria jugada del centrocampista dirigido por Tevenet.
Antes de llegar el descanso, el San Roque volvió a asustar a balón parado: córner botado por Adrián, Rojas gana la posición, se desmarca y solo en el punto de penalti no puede conectar con buena dirección el cabezazo. En esa faceta y quizá en otras, Adrián completó uno de los mejores encuentros con la camiseta aurinegra, aunque sin la fortuna final que hubiera necesitado su equipo para sumar.
A la vuelta de vestuarios, el encuentro transcurría como en el último tramo de la primera mitad, es decir, con el San Roque sin pasar apuros y, además, asustando en la estrategia. De hecho, tuvo dos oportunidades casi consecutivas muy parecidas a las que se produjeron en la primera mitad, es decir, con Adrián y los centrales como principales armas ofensivas.
En cualquier caso, entre medias, ocurrió lo inesperado, que no fue otra cosa que el arbitraje de Munuera Montero, desapercibido en la primera mitad y con ganas de protagonismo en la segunda. Se fue al descanso sin mostrar una sola cartulina y se marchó 45 minutos después con 8 y, además, con un penalti inventado, inexistente, de vergüenza ajena, aunque debería ser propia para él, en una acción de Raúl Albentosa con Copi, en la que el delantero local es el que choca con el central visitante. Nada por aquí, penalti por allá y se acabó lo que se daba, a pesar de que José Ramón acertó la dirección del lanzamiento de la pena máxima, el gol terminó subiendo al marcador.
A partir de ahí, el San Roque a la desesperada, con la entrada de Carlos, Chapi y Sebas, que culminó con la Balona absolutamente encerrada en su área en el tiempo de prolongación, sin querer saber nada del ataque. De hecho, el partido terminó con remate del propio José Ramón en el saque del córner, un cabezazo de que se marchó fuera y tras el que el colegiado pitó el final del choque.
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