Personalidad para doblegar una inexplicable violencia
Grandeza. Es lo que resume el partido del Real Murcia en el día de hoy. No por un juego exquisito, porque fue imposible realizarlo en ese terreno de juego, sí por su conducta durante los 97’ que duró el choque. El perfil que teníamos del CD San Roque no se ajustó a lo que vimos en el Municipal de Lepe. Los onubenses dejaron atrás su apuesta por el buen fútbol para convertirse en un equipo que recordaba a los antiguos del fútbol inglés: los codos por delante en los saltos, entradas duras a los tobillos, a la altura de la cintura o provocaciones constantes. A todo venció el escuadrón dirigido por Iñaki Alonso. La victoria hace justicia porque fuimos mejores, sobre todo en deportividad. Pero no estaremos contentos del todo hasta conocer el alcance de las lesiones de Albiol y Carles. Éste último vivió los peores momentos: fue agredido en dos ocasiones y en su retirada en camilla fue objeto de escupitajos de la grada, que también le insultó y lanzó botellines de agua.
Volviendo al partido, la primera parte fue igualada. En un campo de dimensiones reducidas las acciones de gol no son fáciles de crear pero las hubo. Dos para cada equipo. Las más claras para los locales: en la primera la defensa sacó bajo palos y en la segunda Fernando erró en el área chica. Por parte grana, Kike fue el más incisivo. Un disparo cruzado lamió el poste de José Ramón. Después, el meta envió a saque de esquina un mano a mano con el atacante manchego.
La salida de vestuarios fue mejor del CD San Roque. Sin crear peligro pero se hizo dueño del balón. Eran los peores momentos del Real Murcia, que sin embargo no sufría para mantener la portería a cero. El paso de los minutos igualó las fuerzas y a falta de veinte minutos para el final empezó la fiesta. El colegiado, que se borró en la primera mitad, decidió empezar a trabajar. Así, en la colocación de la barrera, vio como Alfaro agredió a Carles. Roja directa al andaluz. Ese no sería el peor castigo. Cañadas, el mago del balón, mandó el esférico a la red.
Carles, por desgracia, fue decisivo. Nada más sacar de centro el impetuoso medio grana robó el balón y cuando salía con él recibió la entrada salvaje de Pereira. Cuesta Ferreiro lo envió también a la caseta. El ejemplo de buen fútbol había perdido los nervios y tiró el partido en un minuto. Sin comentarios lo de la afición local. Cuando se vean en la televisión deben sentir vergüenza. Si no la sienten no son buena gente.
Con dos más en el marcador todo fue rodado. Sin complicaciones, tocando el balón y creando peligro a la contra. Así Kike pudo marcar de nuevo pero José Ramón hizo una extraordinaria intervención bajo palos. La sentencia llegó por medio de Pedro. El ‘8’ controló ‘la pelotita’ en el pico del área y la mandó al palo izquierdo del portero, haciendo inútil su estirada.
Triunfo y a celebrarlo con la afición. Todos unidos en el córner del Municipal de Lepe. La mejor imagen de la jornada. Gracias a los valientes que acompañaron a los gladiadores y a los que sufrieron desde casa como si estuvieran a pie de campo. Juntos llegaremos lejos. Sin vosotros no somos nada. ¡El domingo todos a Nueva Condomina!
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